—El estudiante que ha obtenido la posición de segundo finalista con veinticuatro mil quinientos sesenta puntos de batalla es Alex del equipo Guardianes Dorados de la Academia Caballero Dorado. —dijo.
Alex, del equipo Guardianes Dorados, se levantó de su asiento, su rostro mostrando confusión y frustración. A pesar de estar tercero en la clasificación, no podía creer que solo hubiera llegado a ser segundo finalista.
Alex no pudo evitar preguntar, su voz resonando con encantamiento de maná. —Esto no puede ser correcto. Debe haber algún error. No puedo ser solo tercero.
Los murmullos en la audiencia se hicieron más fuertes mientras el chico de los Guardianes Dorados hablaba fuera de turno, su rostro marcado por la incredulidad. Los oficiales y su propio director le dirigieron miradas de desaprobación, pero el chico permaneció impertérrito.
Mientras la tensión en la sala aumentaba, el anciano fijó su fría mirada en el chico y planteó la pregunta. —Y tú, ¿dices, por qué no es posible?