Aldea de Astarto.
—Sé que el paquete va a llegar hoy, pero ¿por qué tienen que enviarlo tan temprano en la mañana? —Dejando escapar un bostezo ahogado, Vera estaba de pie cerca de las puertas de la aldea, refunfuñando con un leve ceño fruncido.
Aunque el sol solo llevaba una hora o así de haber salido, ella ya estaba vestida con su ropa habitual, manteniendo un ojo en el camino que conducía a las calles principales de la aldea mientras sorbía un poco del líquido oscuro que contenía la taza que había traído, el cual le proporcionaba energía.
Afortunadamente, unos minutos después de haber murmurado sus quejas de estar despierta tan temprano, Vera notó a lo lejos un pequeño carruaje acercándose hacia la aldea, haciendo que todas las quejas que tenía en mente se desvanecieran mientras se sentía ligeramente nerviosa pero expectante de que el carruaje tuviera su paquete.