Además de eso, no sufrió ni una sola herida, ¡ni siquiera un rasguño! Para ellos, así se veía una leyenda de verdad.
Sin embargo, cuando los monstruos se agruparon y formaron esa colosal formación, todos sintieron un escalofrío por la espalda. Habían oído rumores sobre un ataque mortal que estos monstruos solían realizar cuando se veían acorralados contra la pared. Por supuesto, ni los Cazadores ni los maestros habían logrado hacer algo así antes, y solo lo habían visto en las grandes y épicas guerras de monstruos.
Sin un solo momento de duda, todos empezaron a correr, justo como lo hizo William. Al mismo tiempo, Angélica gritó para advertirle, algo que no necesitaba hacer.
—*Retumbo!*