Berry maduró rápidamente durante los últimos cinco años, apoyada por su espíritu gemelo. Y, sin embargo, su espíritu final fusionado aún no tomaba forma, ni siquiera cuando alcanzó el grado de oro.
William empezó a creer que ella mostraría su espíritu final en la cima del grado de oro oscuro, o tal vez cuando viajara con él al mundo exterior. Por alguna razón, el espíritu recién formado aún no se había mostrado, sin siquiera mostrar una forma o darle a William alguna pista sobre su identidad.
Berry mostraba un cuerpo de mujer exquisitamente formado que era suficiente para provocar tormentas en cualquier corazón. Y Sara tampoco se quedaba atrás. Cuando William miraba a las dos, no podía evitar recordar la feroz competencia que se mantenía entre estas dos chicas por ganarse su favor en los últimos años.