Para obtener tales beneficios, uno tenía que estar al menos un rango por debajo del rango de ese Transformador.
Si nos basamos en la lógica, todos los aquí presentes eran al menos de grado de oro oscuro. Y eso significaba que ninguno de ellos se beneficiaría de esta estatua.
—O sospechan que tengo un espíritu de zorro, lo cual no tiene sentido. O... Se han unido recientemente Transformadores, lo suficientemente débiles como para obtener beneficios de esta estatua... —Guillermo no lo demostró en su rostro, pero en el fondo de su corazón, decidió matar a cualquier maldito Transformador que encontrara. Y ya tenía una sospecha acerca del lugar donde estaban estos nuevos Transformadores, las guaridas de los maestros de espíritu oscuro.
Eso le explicaba todo, explicaba por qué estas estatuas reaccionaban de manera tan intensa ante sus palabras anteriores.