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Reunió a todo el mundo en la primera hora, matando montones de monstruos que estaban todos reunidos en el borde de la formación.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —El último grupo que conoció estaba liderado por Ibra y parecía un poco molesto por la gran cantidad de moscas que había estado matando hasta ahora.
Contra un maestro de espíritu de grado oro como él, cualquier monstruo de plata y bronce no era nada. Por lo tanto, se esperaba que la región en la que estaba este monstruo aterrador estuviera completamente vacía de cualquier monstruo.
—Pensé que te habías echado una siesta o algo así.
—No me consideres tan viejo como tú —replicó William con una risa—, a ti es a quien le hace falta tomar una siesta de vez en cuando.
—¡Tsk! Dime que limpiaste todo antes de venir aquí —Ibra movió su glaive un par de veces en el aire antes de añadir—, maté a todos los monstruos que se atrevieron a venir aquí.