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2.02% Reencarnación del Maestro Espiritual Más Fuerte / Chapter 17: Contando una pequeña mentira

Capítulo 17: Contando una pequeña mentira

—¿Estuviste con Berry anoche? —Lang parecía no creer en las palabras de Guanin, pero preguntó para estar seguro.

—Sí —a diferencia de lo que Guanin esperaba, William lo admitió él mismo.

—¿Ves? ¡Te lo dije, jajaja! —como ganando la lotería, Guanin se rió de todo corazón.

—Estuve con la joven señorita anoche cuando ella intervino para salvarme de ese discípulo —William actuó como si no conociera a Guanin y le devolvió el dedo de antes con otro.

—Tú... —Guanin casi estaba a punto de perder la compostura, pero se controló en el último momento. Después de todo, era famoso por ser violento y vicioso en la academia, un gran abusón para aquellos más débiles y más bajos que él en estatus y poder. Por lo tanto, si moviera un dedo ahora, simplemente confirmaría las palabras de William.

En sus ojos, William se había cavado su propia tumba con lo que acababa de decir.

En cuanto a Lang, parecía no estar sorprendido por lo que escuchó. De las ropas blancas y sencillas de William, lo reconoció al instante como un porteador.

En la mente de Lang, esto encajaba exactamente con las acciones típicas de Guanin. Y las palabras de William también coincidían con la bondadosa Berry de su clan.

—Entonces, ¿qué pasó? —Lang no cambió su tono interrogativo, pero William notó la ligera pausa antes de sus palabras.

—Ella estaba enfadada porque ese discípulo le dio apodos ofensivos y la humilló delante de su gente —William no bajó el dedo ni siquiera apartó la mirada de Guanin.

—¿Quieres morir? Hermano Lang, ¡no creas ninguna de esas tonterías! —Si Guanin apenas pudo controlarse antes, esta vez le costó mucho más. Justo antes de que se moviera un solo centímetro hacia adelante, Lang intervino.

—Tranquilo, hermano Guanin —Lang dijo en un tono que no llevaba rastro de respeto—, tengo que escuchar todo lo que este niño sabe antes de hacerle algo.

Luego hizo una pausa intencionada antes de agregar de manera calmada y dominante, —Sabes que este asunto está relacionado con mi clan.

—Guanin lanzó una mirada furiosa a las facciones apuestas de Lang antes de finalmente retroceder —Lang acababa de darle a Guanin una advertencia oculta de no meterse con el importante testigo que tenía delante, y Guanin al final tuvo que cumplir.

Guanin sería valiente frente a personas como William, pero contra alguien como Lang, sabría sus límites. Era justo ese tipo de cobarde y astuto maestro de espíritu, una desgracia a los ojos de Lang y William.

Un verdadero maestro de espíritu debería inclinarse a enfrentar los problemas y desafíos directamente, no a evadirlos y recurrir a métodos deshonestos para conseguir resultados.

William soltó un bufido interiormente mientras observaba la expresión oscura en la cara de Guanin mientras se alejaba.

—Tú te lo buscaste, ¡no me culpes por ser honesto!

—¡Humph! Como si no supiera de su lengua venenosa hablando a nuestras espaldas —Lang finalmente mostró su verdadera cara una vez que Guanin se retiró.

William era un mero porteador, una persona a la que Lang nunca prestaría atención. La expresión que hizo fue una mezcla de enojo y desdén. Como William esperaba, estos dos tenían una larga historia de enemistad.

—Olvídalo, pero ¿sabes qué le sucedió realmente a Berry? —La cara de Lang cambió y se volvió un poco más suave. Cuando vio la extraña mirada en la cara de William, agregó:

—Berry es famosa por su bondadoso corazón. No le gusta ver a nadie siendo maltratado. Olvídate de él, parece que tiene rencor contra ti desde anoche.

—Gracias por la comprensión del joven maestro —William juntó sus manos en un gesto de respeto como era la tradición de agradecimiento entre los maestros espirituales—, pero respecto a la joven señorita, ella se fue después de ayudarme y se adentró más en el bosque.

Aunque William fue tocado por la amabilidad de Lang, nunca sería lo suficientemente tonto para venderse y revelar toda la verdad.

—Oh —una mirada de decepción pasó por la cara de Lang antes de que volviera a calmarse—, lamento molestarte entonces. Si alguna vez necesito un porteador esta semana, te buscaré. ¿Cuál es tu nombre otra vez?

William sabía que Lang estaba tratando de comprar su silencio sobre este incidente con esta promesa vacía. Después de todo, si la noticia se difundiera ampliamente sobre lo que le pasó a Berry, muchos podrían tomarlos por tontos.

Aunque personas como Guanin sabían lo que le había pasado a Berry, el clan quería controlar la difusión de noticias. La academia también quería lo mismo, o de lo contrario personas de mala fe podrían tratar de enturbiar aún más las aguas.

—Gracias por la generosidad del joven maestro, mi nombre es William.

—Está bien, nos vemos luego.

William solo suspiró aliviado profundamente después de que Lang se alejó con su séquito. De hecho, su pequeña mentira tenía un pequeño fallo, pero afortunadamente Lang no notó nada.

Si lo que dijo era cierto, entonces era considerado la última persona en ver a Berry antes de lo que le ocurrió. Si Lang hubiera pensado más profundamente sobre el asunto, tomándoselo un poco más en serio de lo que lo hizo ahora, habría visto a través de esto y habría llevado a William con él al clan para ser interrogado.

Afortunadamente para William, su identidad como un porteador sirvió como la mejor cobertura. Ninguno sospecharía de un porteador haciendo algo contra un maestro de espíritu. Y así William salió fácilmente de este problema sin tener muchos inconvenientes.

—Necesito darme prisa y salir de la academia lo más rápido posible —sabía que Lang podría ser un poco descuidado. Si alguien más de la alta jerarquía del clan escuchara esta historia, ese fallo sería detectado.

William no pensaba que Berry se quedaría todo este tiempo en tal estado. En este momento estaba contento de no haberse quedado con ella.

A William no le preocupaba que descubrieran su pequeña mentira. Una vez que Berry despertara, ella lo defendería. Le preocupaba que descubrieran su pequeña mentira antes de que Berry despertara. Los ansiosos familiares de ella podrían hacer cualquier cosa para descubrir toda la verdad.

Sólo estaba preocupado por Guanin. Ese astuto maestro de espíritu parecía llevar sus rencores en el corazón.

Esta vez fue su suerte, pero William no quería depender de la suerte durante mucho tiempo. Si se quedaba aquí más de un día, Guanin podría encontrar cualquier excusa para meterlo en problemas. Así que decidió envolver todo lo que quería hacer aquí en un día, luego partir sin mirar atrás.

Al llegar de nuevo al mercado, encontró el lugar más bullicioso con discípulos y maestros de la academia. Se dirigió directamente hacia el comerciante con el que había tratado por la mañana.

—Joven maestro, ¿qué lo trae tan pronto? —el comerciante lo reconoció al instante, mirando con ligera decepción el vacío detrás de William.

—Quiero comprar más cosas —William entró en el puesto y se sentó en una esquina vacía. Y el comerciante lo siguió.

—¿Qué necesita? —el comerciante preguntó con una expresión de ansias en su rostro.

—Quiero la arcilla Homos, el mineral vibrante escarlata, cien velas de luz y un arco fuerte —William enumeró lo que quería.

—La arcilla Homos y el mineral vibrante escarlata están presentes aquí en grandes cantidades. Pero el arco... —el comerciante hizo una pausa, mostrando una falsa cara de lucha.

William sabía que este comerciante estaba especializado en tratar con materiales como cristales, núcleos, materiales y minerales, no armas. Pero era comerciante, así que debía saber quién era el mejor vendedor de armas aquí.

—Cómpralo y añade tus honorarios —William dijo con tranquilidad—, necesito un arco con un precio que no exceda los mil cristales. Uno bueno, no solo un juguete —agregó, dando una mirada seria en su rostro.

Si quisiera, podría simplemente echar un vistazo a los puestos especializados en venta de armas. Pero tendría que perder más tiempo y quizás ni siquiera conseguir lo que quería al final dentro del mismo rango de precios.

—Déjalo en mis manos entonces —el comerciante sonrió ampliamente—. Después de todo, sus honorarios le reportarían más ganancias. —¿Cuántos kilos quiere de los otros dos productos?

—¿Cuál es el precio del kilo? —William no dio una respuesta directa antes de agregar—, y deja de jugar esos jueguitos conmigo. Odio que me hagan perder el tiempo.

La arcilla Homos era un material bastante común en este mundo. Se encontraba justo cerca de grandes cauces de ríos, con pocos usos en alquimia.

Por lo tanto, su precio era bastante bajo. Desde los recuerdos antiguos de William, recordaba que el precio no excedería los diez cristales por kilo.

En cuanto al mineral vibrante escarlata, se encontraba en las montañas ampliamente dispersas por todo este mundo. Ese mineral era justo como la arcilla, con pocos usos limitados principalmente a la decoración.

El mineral tenía forma de diamante, con un brillo rojo que le daba su nombre de escarlata. Los maestros espirituales intentaron usarlo en forja, pero cada vez que lo golpeaban o lo exponían al calor o al poder espiritual, explotaba violentamente.

Sin fundirlo y martillarlo, ¿cómo podrían usarlo en la forja? Por lo tanto, se volvió inútil, solo utilizado por su hermosa apariencia.

Pero en manos de William, cualquier cosa inútil se volvería extremadamente valiosa.


Capítulo 18: Comprando un Arco y una Bolsa

—El precio de la arcilla Homos es de once cristales por kilo, en cuanto al mineral cuesta quince por kilo —dijo el comerciante, y William sabía que él añadía un cristal más a cada kilo.

—Tráeme veinte kilos de cada uno —pero quería que el comerciante le ayudara con algo más. Así que, no armó escándalo esta vez—. También quiero una bolsa de almacenamiento, una equipada con runas de expansión y reducción de peso.

—Esto… podría costar un poco —el comerciante hizo una pausa antes de que su mente trabajara y calculase cuánta riqueza tenía ese chico frente a él—. No tengo una adecuada para ti, pero conozco a un amigo que tiene una.

William sabía que lo que el comerciante quería decir era que las bolsas que él tenía aquí costaban más de lo que él podía permitirse. Por eso le dejó obtener un pequeño beneficio antes, para usarlo y encontrar una bolsa adecuada que no le costase mucho.

Las bolsas de almacenamiento con runas grabadas eran usadas como dispositivos de almacenamiento. Sin embargo, la diferencia radicaba en el gran tamaño de la bolsa, y su incapacidad para eliminar todo el peso.

Gracias a eso, su precio siempre era menor que el de los dispositivos de almacenamiento. Y ese era un precio que William podía permitirse actualmente.

—¿Cuánto costará? —William preguntó con calma.

—Al menos cinco mil cristales espirituales —dijo el comerciante.

—Con tus honorarios incluidos, por supuesto —William no dejó que esta vez el comerciante saliera con la suya. El precio ya era demasiado alto, y el comerciante lo sabía desde el principio.

Entonces, el comerciante solo pudo asentir. Sabía que si se dejaba llevar por la codicia y presionaba por un precio más alto, ese muchacho no podría permitírselo y perdería todo el trato.

—Espérame hasta que prepare todo para ti —el comerciante se excusó y no olvidó pedirle a un trabajador que atendiera a William con otra taza de té.

El comerciante tardó media hora en regresar. No llevaba nada salvo una bolsa de cuero negra con escrituras que parpadeaban sobre ella en símbolos plateados.

Era una mochila, fácilmente transportable con dos correas en la espalda —Aquí, tengo todo lo que compraste dentro.

William tomó la bolsa y sintió lo ligera que era. La bolsa parecía como si no tuviese nada. La abrió haciendo clic en un botón rojo en su centro con su pulgar. La bolsa debía estar vinculada con el poder del espíritu y una vez hecho, podría examinar fácilmente todo lo que había dentro y sacar lo que necesitase.

Había dentro de la bolsa todo lo que había comprado, sin que afectara a su peso. William dio unas palmaditas en la bolsa satisfecho antes de jugar un poco con ella, sintiendo su peso cuando la sostenía en un hombro o en ambos.

—Aquí —William entonces pagó casi toda su riqueza antes de dejar atrás el puesto y al comerciante feliz.

No se inmutó al hacerlo. Todo esto se convertiría en fuerza más adelante. En cuanto a los cristales, encontraría muchas oportunidades para conseguir más de ellos.

En este trato le quedaron unos pocos cientos de cristales. No tenía pensado quedárselos para él, ya que todavía le faltaba algo para hacer lo que quería.

Al salir del mercado, utilizó sus viejos recuerdos de la academia y se dirigió hacia una cierta dirección.

Como su gabinete, esa dirección lo llevó hacia las afueras de la academia, pero en el lado opuesto de ella. Para cubrir la distancia rápidamente, empezó a correr.

Aun corriendo, cruzó la enorme área de la academia en cinco horas. Justo cuando se detuvo, estaba respirando con dificultad.

William había obtenido un ligero aumento en el poder del espíritu, pero no suficiente para apoyarlo a correr toda esa distancia sin tomar un par de descansos.

—Necesito hacerme más fuerte —mientras se apoyaba en un árbol para descansar, empezó a examinar el gran edificio que yacía adelante.

No era un edificio único y grandioso, sino más bien una serie de casitas de tamaño pequeño apiladas juntas en un espacio amplio. La parte más alta era de solo tres pisos y todo el complejo estaba rodeado por un muro de bajo nivel.

Un gran letrero colgaba sobre las puertas principales abiertas. —El Departamento de Forja —estaba escrito en él con grandes letras doradas.

—Hora de hacerlo —después de diez minutos de descanso, comenzó a caminar de nuevo.

Compró la arcilla y el mineral, incluso el arco. Pero lo que le faltaban eran las flechas. Y planeaba forjarlas él mismo.

Este lugar estaba especialmente tranquilo durante la hora punta de un día normal de la academia. Después de todo, no muchos discípulos o maestros eran aficionados al forjado. Lo mismo ocurría con la alquimia. Pero William sabía cuán valiosas eran ambas en el mundo de los maestros espirituales.

A tan solo cien metros de la puerta principal, podía oír claramente los fuertes golpes de los martillos en los yunques. Escuchar un sonido tan familiar de nuevo lo hizo sonreír sin darse cuenta.

—Hola hermanito, ¿quieres hacer algo aquí? ¿Para qué discípulo? —Justo cuando pasó por las puertas, una mujer de mediana edad se puso delante de él con resuellos.

Su cuerpo era largo, más largo que él por un metro. Casi dos metros y veinte centímetros de altura. Largo cabello negro enrollado en la parte posterior de su cabeza tomando la forma de una gran rosa, brazos y abdomen expuestos mientras mostraba sus fuertes músculos a pesar de ser una mujer.

William no la conocía. Por ese emblema de martillo dorado en el lado de su pecho, sabía que debía ser una maestra aquí.

Como ella lo trataba amablemente, William decidió mostrarle sus modales a cambio.

—Disculpe la molestia, maestra, estoy aquí para hacer un negocio propio —William dijo con respeto. Pero lo que dijo hizo fruncir el ceño a la mujer.

Parece que el forjado dejó huellas incluso en su rostro. Su sonrisa era difícil de describir como tal, volviendo su rostro feo y no bonito como la ley sagrada en el mundo de las chicas.

—¿Quieres aprender a forjar? —la maestra preguntó solo para asegurarse de haberle oído bien. Lo examinó de arriba abajo mientras decía eso, no de manera ofensiva, como William sintió.

Él sabía que ella había reconocido su estatus aquí por su ropa. Y al mirar su frágil cuerpo, no pudo evitar agregar:

—Sabes que no limitamos a nadie para venir y probar, pero en tu caso… —ella hizo una pausa ya que no sabía las palabras adecuadas que debía usar para describir esta incómoda situación.


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