Evan aterrizó no muy lejos del edificio del gremio de la Estrella Plateada y llamó a Valery, pero al igual que antes, ella no contestó su llamada.
—¿Aún no ha vuelto? —un ceño apareció en el rostro de Evan y llamó a Sebastián.
Sebastián no tardó mucho en contestar la llamada y preguntó con voz neutra:
—¿Qué quieres?
—A tu hija.
¡Crack!
Evan oyó el sonido de algo rompiéndose y miró su teléfono con una expresión extraña en su cara. Justo cuando estaba a punto de preguntar a Sebastián qué había pasado, oyó su voz temblorosa.
—¿Qu... qué acabas de decir?
—¿Qué dije? —Evan murmuró confundido y empezó a pensar en lo que había dicho.
Y justo cuando pensó en qué tipo de respuesta le había dado a Sebastián antes, su boca no pudo evitar retorcerse.
Tos*.
—Solo quería preguntar si Valery ya volvió —dijo Evan, tosiendo de forma incómoda.