Fisna deslizó el teléfono en su bolsillo y evaluó al chico. Erguido contra la luz en una escalera oxidada, su figura encapuchada ocultaba su frente, una máscara negra protegía su rostro. En sus manos, sostenía una riñonera y dos bolsas de plástico negras, que parecían algo voluminosas en comparación con su atuendo por lo demás nítido.
—Solo de paso —dijo Fisna, mostrando cierta buena voluntad al explicarse voluntariamente. A pesar de su brevedad, la voz juvenil sonaba auténtica, sincera.
Jonathan dudó en responder. Sin el modulador de cambio de voz que llevaba en el segundo mundo, corría el riesgo de revelar su verdadera identidad. Sin embargo, reconoció al extraño, y su impresión fue profunda.
—Superpoderes, simbiosis, Clase B... —Jonathan solo conocía a una persona con el superpoder de la "simbiosis—Fisna.