—¿Qué hay de malo en estar protegida por quien amo? —preguntó ella de vuelta mientras susurraba otro hechizo. Esta vez pequeñas llamas empezaron a formarse en sus ojos, las cuales lanzó sobre Eva pero no la quemaron.
¡La chica que nació con el fuego del infierno! Esas pequeñas llamas eran como guijarros golpeando una roca.
—Te hace débil y no hay lugar para los débiles en el infierno. Tienes que ser más fuerte e independiente —Eva sonrió con suficiencia mientras sus manos comenzaban a moverse y llamas neón empezaban a formarse en sus manos y se las lanzó a Hazel.
El fuego era como ácido. Empezó a corroer todo a su alrededor incluso cuando Hazel fue rápida en saltar, su ropa se quemó y sabía que con solo un ligero toque, ese fuego habría quemado hasta sus huesos.