Después de que Susan lograra escapar de Lance, se dirigió a la cámara de la Princesa Tyra para verificar cómo estaba y enterarse de su estado.
Mientras iba hacia allí, pensó en lo que Harold había dicho acerca de que la Princesa Ámbar era inocente, y no pudo evitar el ceño fruncido que marcó su frente al pensarlo.
¿Sería sabio preguntarle nuevamente a la Princesa Tyra al respecto? ¿Quizás ahora que el Príncipe Harold estaba despierto y no había más presión sobre ella, podría decir la verdad? Susan reflexionó.
Si sus sospechas eran ciertas y a la Princesa Ámbar le habían dado la pesadilla del Beta, ¿eso significaba que se la habían dado para matarla? ¿Cuál había sido exactamente el plan? Susan se preguntó mientras golpeaba la puerta de Tyra, y sin esperar que Tyra respondiera, entró en la cámara.
Se sorprendió al encontrar a Tyra sentada en su cama con la cabeza inclinada y la barbilla apoyada en sus rodillas flexionadas.