Por la noche en la casa de la familia Bai, Bai Fen estaba inquieta por su hija. Tenía ganas de llamar para ver cómo estaba, pero la vigilancia dentro de la casa era lo que la tenía nerviosa. Lo peor era que no podía escaparse de la vista de nadie para hacer la llamada.
La persona por la que Bai Fen estaba preocupada, en ese momento estaba recibiendo reglas que obedecer.
—Nunca podemos dormir en la misma cama, así que tú te tomas el sofá, esa será tu cama de ahora en adelante —Yang Peng le dijo a Bai Jun mientras señalaba el sofá.
—¿Qué quieres decir? ¿Por qué tengo que ser yo quien duerma en el sofá mientras tú duermes en la cama? —Bai Jun preguntó con una expresión de incredulidad en su rostro.