—¿Quién era ella? Por lo que puedo entender, no era un ser humano ordinario —preguntó Cian.
—¡Sierra! Su nombre era Sierra —informó el Rey Armen—. Incluso después de un mes de regresar al palacio, no podía olvidarla. Volví al bosque donde había pasado una semana con ella mientras me cuidaba con la ayuda del Médico Erich Winfield y Celia.
—Así es cómo padre lo conoce —concluyó Cian.
El Rey Armen asintió.
—Y la Celia que mencioné es la que cuidó de Seren.
—¿Martha? —preguntó Cian, sorprendido.
El Rey Armen asintió de nuevo.
—Ella es otra persona que tuvo que sacrificar su vida por mi imprudencia.
Cian no tenía nada que decir al respecto mientras se mantenía de pie en silencio para escuchar más.