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Por suerte para Kat, una vez que las brasas explotaron hacia fuera, se desvanecían rápidamente a medida que caían al suelo y ninguna siquiera se acercaba a la copa de los árboles. *—Pequeños milagros, supongo.*
Concentrada de nuevo en la palma de su mano, Kat invocó una fina corriente de fuego. Mantenerla en el borde de su palma no era tan difícil. La brasa se quedaría felizmente allí, o incluso aceptaría más energía si ella quisiera. Parecía tan controlada mientras descansaba sobre su mano. *—Entonces, ¿cuál es el problema con las cosas en el suelo? Oye, sistema, ¿por qué esto es tan difícil?*
Los cuerpos demoníacos han sido refinados a lo largo de un proceso casi infinito para manejar y conducir la Energía Demoníaca con máxima eficiencia. Tanto es así que incluso solo la parte superior de la piel del usuario Kat puede ordenar la Energía Demoníaca con una eficiencia sin igual si se compara con otros medios como el aire o el hielo.