Neveah estuvo callada por un momento, dejando que las palabras de Lord Mycroft se asentaran. No podía negar la verdad en ellas.
Un momento había bajado la guardia y Demevirld había aprovechado completamente para darse a conocer... para asegurarse de que Neveah no tendría más opción que utilizarlo o arriesgarse a perder mucho más.
—¡Lord Mycroft, no le hablas a Veah de esa manera! ¡Vigilarás tu tono y tus palabras! —interrumpió Everon con firmeza antes de que Lord Mycroft pudiera decir más.
—No, Everon... yo... él tiene razón —Neveah evitó que Everon dijera más.
Duras como eran las palabras de Lord Mycroft, eran honestas y objetivas, algo que Neveah se dio cuenta de que nadie estaba siendo con ella... porque ahora se preocupaban demasiado por sus sentimientos.
Tanto es así que incluso si ella estaba ciega a la verdad, Neveah no estaba segura de que alguien estaría dispuesto a lastimarla y ponerla en orden,