—Las garras de Neveah se clavaron en el suelo mientras corría a toda velocidad desde la sala de la luz hasta la barrera.
—La imponente forma de dragón de Everon volaba bajo sobre ella y no tardaron mucho en llegar a la barrera.
—Neveah le lanzó una mirada al Señor Eldowin, quien seguía concentrando su magia, canalizándola hacia la barrera.
—Los Fae de la Sala de la Luz no podían ceder todavía, no hasta estar seguros de que este evento había terminado realmente.
—El Señor Eldowin inclinó su cabeza en una pequeña reverencia y se hizo a un lado ligeramente para dejar pasar a Neveah.
—Neveah observó la barrera por un momento antes de atravesarla; la oleada de magia esperada le rozó, pero Neveah ya no le prestaba atención.
—Ahora, al otro lado, Neveah pudo ver por sí misma la extensión del daño y solo pudo quedarse mirando en silencio horrorizado.
—Lo primero con lo que Neveah se encontró fue el polvo acumulado en el aire, que aún no se había asentado del todo.