Xenon sabía lo que Neveah estaba a punto de hacer incluso antes de que lo hiciera, la conocía lo suficientemente bien como para reconocer esa mirada en sus ojos.
Incluso antes de poder hablar apenas, había estudiado por mucho tiempo las señales de su cuerpo, sus expresiones faciales, cada ceño fruncido... los cambios en sus ojos que venían con cada pensamiento.
Y así, no sorprendió a Xenon cuando Neveah se levantó y se fue apresuradamente.
El depredador de Xenon se agitaba dentro de él, había dejado claro que solo aceptaría una respuesta y no resistió la demanda de su depredador de ir tras Neveah.
—Déjala ir, Xenon —llamó el Rey Jian a Xenon cuando intentó seguirla.
Xenon se detuvo en seco, dirigiendo una mirada inquisitiva al Rey Jian.
—Sé que no eres el paciente, pero esta vez... tendrás que serlo.