—El parecido es asombroso —pensó el lobo de Neveah y Neveah asintió en acuerdo.
—Ciertamente lo es... debe ser el padre de Narx del que él hablaba tan afectuosamente —dijo Neveah a su lobo desde donde estaba, a corta distancia del retrato, su mirada se desplazó hacia el altar.
—Protector del Norte —Neveah leyó las palabras grabadas en el altar y confirmó que este era, en efecto, el primer protector del Norte, el Señor de Fin del Norte y el padre de Menarx.
Todo lo que Menarx había dicho de su padre volvió a la mente de Neveah.
Neveah bajó la cabeza en una reverencia, sosteniendo su arco con reverencia por un momento antes de levantar su mirada.
—Yo soy Neveah, no hemos sido formalmente presentados... esto no es como planeaba que fuera nuestro primer encuentro —murmuró Neveah con una risa incómoda.
Neveah sabía que era una tontería, pero al mirar el altar del padre de Menarx, de repente sintió la necesidad de explicar su presencia allí.