—¿Qué lugar es este? —preguntó Neveah en un susurro mientras finalmente llegaban a la cima más alta.
Donde ahora estaban parados era suficientemente alto como para ser llamado una pequeña montaña que estaba elevada bastante por encima del nivel del suelo pero no tan alto como el Guardián del Dragón o el Monte Edar.
Desde este punto, se les proporcionaba una clara vista de una vasta porción de Fortaleza Cielos.
Extendido muy lejos ante sus ojos había un amplio territorio, comenzando con el distrito de Fortaleza Cielos e incluso más allá de este.
Neveah podía ver los grupos de casas y hogares esparcidos a través del territorio y podía oír los sonidos de la vida provenientes de muy abajo.
Este territorio se extendía por millas y a lo lejos en la vista estaba un alto pilar que se alzaba desde el suelo, el pilar se erguía, pareciendo querer atravesar el cielo.
Por encima del pilar, el cielo era muy distinto de lo que solía ser. Era una mezcla de diferentes tonos de rojo y grises.