Neveah asomó la cabeza fuera de su cuarto para ver que Menarx seguía ahí de pie aunque le había pedido que se fuera, de alguna manera ya sabía que lo encontraría allí.
Neveah se aclaró la garganta levemente mientras salía, atrayendo la atención de Menarx.
Menarx se giró inmediatamente, su mirada se posó en Neveah. Recorrió con la vista desde su rostro hasta su ropa, Neveah estaba vestida con un camisón de noche que se había puesto tras lavarse.
Los ojos de Menarx reflejaron dolor, fue solo un instante antes de que se esfumara y fuera reemplazado por comprensión.
—Te acompañaré fuera del Guardián del Dragón... ¿a dónde querrías ir? —preguntó Menarx a Neveah con una pequeña sonrisa en los labios.
La comprensión y aceptación de Menarx era verdaderamente rara, Neveah no pudo evitar devolverle la sonrisa.