Un escalofriante sentimiento de terror se instaló en el corazón de Neveah, sabía exactamente lo que venía... siempre había sabido que este día volvería.
Todo lo que había hecho Neveah era evitar enfrentarse a este mismo destino por segunda vez y, aún con todos los esfuerzos que había desplegado, Neveah no podía creer que estuviera aquí de nuevo.
Neveah echó un vistazo a su alrededor, no había observado bien su entorno y solo ahora se daba cuenta de lo familiar que era el bosque que la rodeaba.
Era el bosque de Monte Vernon, el mismo lugar donde Neveah había muerto.
—¿Cómo puedo estar aquí de nuevo...? —pensó Neveah para sí con desánimo.
—Como ya he dicho, no puedes escapar de tu propio destino, Veah. —respondió Alessio a los pensamientos de Neveah, su tono gutural.
Los ojos de Neveah se abrieron ligeramente al descubrir que Alessio también podía escuchar sus pensamientos y eso le hizo aún más evidente que esto no podía ser posible.