—No se preocupe, señorita Wei. No le pedí que se fuera para tener una cita a solas contigo. No soy de ese tipo. Es solo que no aprecié su actitud hacia la dama. Las mujeres son seres preciosos: se deben manejar con cuidado, como cargamos cosas frágiles. No se les debería humillar así.
—...
—No soy frágil —Ivy miró hacia el asiento del conductor y frunció el ceño.
—Eres una mujer —Tigre echó un vistazo al espejo retrovisor—. Cree lo que quieras, pero no puedes cambiar mi mente.
—...
Otra ola de silencio cayó sobre el vehículo ya que ninguno de ellos habló después de sus comentarios. Ivy mantuvo sus ojos en el asiento del conductor mientras Tigre se concentraba en la carretera. Sus labios se abrieron para hablar, pero encontró su voz atascada en la garganta en ese momento.