—¿Qué pasa? —preguntó Mo Xifeng a Mo Qiang, quien se detuvo en su camino a casa. Ella miraba a la distancia frunciendo el ceño, lo que despertó la curiosidad de Mo Xifeng, quien se giró para mirar en la misma dirección que Mo Qiang. ¿Había notado su hermana algo?
—No es nada —respondió Mo Qiang. Justo antes estaba segura de haber sentido un atisbo de pánico en su corazón, como si algo malo se acercara, pero sacudió ese sentimiento ya que no veía nada. De hecho, no tenía tiempo de preocuparse por esa sensación de mal presagio, se giró a mirar a la multitud que la observaba y no pudo evitar comentar —Están demasiado asustados.