—Aquí tienes, toma esto y no vuelvas a casa por las próximas tres horas —dijo Yin Fu a Shao Hui con un dolor de cabeza palpitante. Nunca pensó que alguien pudiera arruinar una tarea tan simple como hervir agua, pero Shao Hui refrescó sus tres visiones muy bien. No solo causó caos en la casa sino que también hizo que la presión arterial de Wen Gui se disparase.
¿Cómo puede alguien hacer tanto desastre solo hirviendo agua?
¡Tenía que admitir que Shao Hui era realmente un milagro en sí mismo!
Shao Hui tomó la cesta de Yin Fu y frunció los labios, Yin Fu había cocinado unos huevos al vapor para su padre junto con agua de miel, pero esta miel fue tomada del panal de las Abejas Magma. Era una comida sencilla pero Shao Hui podía ver que estaba hecha con cuidado porque su padre no podía comer nada pesado, Yin Fu no hirvió carne de jabalí y simplemente cocinó huevos que eran fáciles de digerir.