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Mo Qiang se encogió de hombros mientras ignoraba la mirada furiosa que Mo Yan le dirigía.
Con la espalda doblada, se desabrochaba los ganchos de sus zapatos mientras se quitaba los tacones y caminaba descalza por el suelo. Así es, no se llevó los tacones que estaban clavados a pulgadas de profundidad en el trasero de la Señora Lian sino que simplemente se los quitó de los pies y los dejó pudrirse dentro de la carne en la que ahora estaban atascados.
Se giró para mirar los tacones que estaban erguidos en el trasero de la Señora Lian y asintió satisfecha, parece que todas esas horas que pasó afilando el borde de estos tacones valieron la pena. ¡Se deslizaron dentro del carnoso trasero de la Señora Lian tan fácilmente, era simplemente increíble! ¡Como un cuchillo caliente cortando un bloque de mantequilla por la mitad sin ningún problema!
Mo Qiang estaba satisfecha pero todos los demás estaban aterrorizados.