—¿De verdad crees que a Marisa le interesa mi dinero? ¿Temes que le deje todo a Selena cuando me haya ido? ¿Cómo te atreves a decir algo así? —se burló Oliver.
Marisa suspiró aliviada al escuchar esto.
—Pero si es necesario, Marisa definitivamente firmará —continuó Oliver.
—Si se atreve a firmar, admitiré que no va tras tu dinero y la llamaré Tía Marisa respetuosamente. ¿Qué te parece? —se rió Jake.
—¿Y luego volverás y te disculparás? —los ojos de Oliver se iluminaron.
—¡Exactamente! —lo miró fijamente Jake.
—Sabía que no durarías allí fuera. Si tú y tu mamá volvéis para disculparos, podría dejaros entrar. Al fin y al cabo, es solo un contrato. ¡Marisa definitivamente firmará! —se burló Oliver.
—Cariño, vamos a redactar un contrato para mostrarles lo sincera que eres —se volvió hacia Marisa.
Los ojos de Marisa se abrieron de par en par.
—Pero... —se mordió el labio.