Eufórico por las promesas del sistema, Félix esperaba ansioso las revelaciones que cambiarían su vida. "¡Finalmente!", exclamó, convencido de que el sueño cósmico era más que una ilusión.
El sistema, con una voz electrónica, le explicó: "Félix, tu acceso a habilidades y fuerza no será gratuito en este mundo. Debes ganar puntos en la Virtualidad, un juego que determinará tu destino". La alegría de Félix se desvaneció ante la realidad de que, una vez más, nada venía sin esfuerzo.
"¿Por qué el mundo siempre juega conmigo?", se lamentó Félix, pero el sistema guardó silencio. Al intentar llamarlo de nuevo, ninguna respuesta llegó, dejando a Félix con una expresión de desconcierto.
Dándose cuenta de que iba tarde a la universidad, Félix, sin tiempo que perder, se apresuró en arreglarse. En su camino, chocó con una joven elegante, aparentemente adinerada. Pidiendo disculpas rápidas, recibió una golpiza sorpresiva del guardaespaldas de la chica.
Con ironía, Félix murmuró: "Hoy parece ser mi día de suerte". Tras la golpiza, el sistema reapareció anunciando un aumento del 10% en la resistencia virtual de Félix, permitiéndole soportar golpes con mayor fortaleza.
Aunque la noticia lo animó, se dio cuenta de que llegaba tarde a clase. Agotado, ingresó en el aula justo cuando la lección estaba a punto de concluir. El profesor, con una mirada de advertencia, le recordó la importancia de la puntualidad, señalando que debía tener cuidado.
Continuará...