—¿Por qué me das esto? Podrías haberlo guardado. Puedes cuidarlo —frunció el ceño Seb mientras miraba la bolsa sobre la mesa y luego a ella.
—Lo sé. Pero... me voy, Seb. Voy a dejar el país —apartó la mirada Olivia, sabiendo que ahora podría ser la parte más difícil para ella.
—¿Irte? —repitió Seb, su voz ronca de incredulidad—. ¿Qué quieres decir con irte? ¿Vas de vacaciones?
—Necesito un nuevo comienzo, Seb. He puesto todas mis cosas en almacenamiento, y voy a viajar. Explorar el mundo, ya sabes. Y... y luego encontrar un lugar para establecerme. No hay nada aquí que me retenga. Con mamá ida... —negó con la cabeza Olivia, sus manos temblaban ligeramente mientras las juntaba en su regazo.