"¿Vas a subir, o quieres que me vaya, dejándote aquí solo?". La impaciente voz de Arabelle cortó la tensión como una cuchilla, mientras que el único sonido que resonaba a su alrededor era el zumbido del motor.
Gabe se quedó paralizado, la incredulidad inundó sus sentidos mientras miraba al asiento trasero del coche. ¿Cómo había logrado Arabelle alcanzar a Nora? Las capas de seguridad que habían establecido meticulosamente parecían impenetrables. Su mente se apresuró, tratando de entender la inimaginable brecha.
Cuando miró en sus ojos, sintió un escalofrío en su espina dorsal. Podía sentir el peso de su ultimátum flotando en el aire.
Su corazón latía en su pecho, la gravedad de la situación se estaba dando cuenta.
—Arabelle, ¿cómo has logrado...
—Preguntas después —ella interrumpió, un peligroso tono de borde a su voz—. Ahora, decide.
Gabe dudó, su mirada cambiaba entre Arabelle y una Nora inconsciente en el asiento trasero.
—Arabelle, sólo dame un momento para...