—¿Acabas de tener un orgasmo, bebé? —preguntó él con una sonrisa traviesa en sus labios—. Avergonzada por haber tenido un orgasmo tan rápido, Jazmín apartó su cara. —No te avergüences de eso, tienes mucho para liberar —la molestó antes de volver a alimentarse de su pecho.
Comenzó mordisqueando el pezón rosado y lamiéndolo un poco antes de tragárselo en su boca. Inmediatamente, Jazmín arqueó su espalda y dejó escapar un gemido, —Mmmh...
Mientras chupaba el derecho, su mano se movió al izquierdo y lo pellizcó y ella dejó escapar otro gemido. Andrew continuó chupando fuerte el pezón como si quisiera sacarle leche y Jazmín solo pudo acostarse y disfrutar del placer.