A pesar de sus exigentes horarios y responsabilidades dentro del reino, Dani y Abel dieron prioridad a pasar tiempo de calidad juntos. Dani se sentía abrumada por cómo había avanzado su relación.
Siguiendo el consejo de Zaila, Dani adoptó una nueva confianza, dejando atrás cualquier vacilación. Se volvió más expresiva sobre sus pensamientos y sentimientos, compartiéndolos abiertamente con Abel y mostrando su afecto sin inhibiciones.
Hoy, ella había completado sus tareas antes de tiempo porque esperaba con ansias la salida prometida por Abel a un lugar especial. Inconscientemente, una sonrisa se dibujaba en su rostro mientras la idea de pasar tiempo juntos en un entorno diferente la llenaba de alegría.
—¡Te atrapé distraída! Algo bueno debió de haber pasado, ¿verdad? —Zaila bromeó con una sonrisa. Dani respondió con un guiño juguetón:
—Saldré con mi marido. Abel dijo que me llevará a algún lugar especial hoy.
Zaila chasqueó la lengua y soltó un bufido: