Capítulo 35: Tan Sediento*

—Nikolái solo sonrió ante ella antes de besar ávidamente sus labios —sus acciones moviéndose como si quisieran silenciar sus protestas.

—Lamentablemente, de alguna manera funcionó, pero solo hasta que ocurrió algo distinto. El cuerpo de Mineah se tensó cuando sintió que la tocaba entre sus muslos. ¿Qué estaba haciendo? El pánico se apoderó de ella inmediatamente después. Su mente estaba en contra de lo que él le estaba haciendo, pero su cuerpo... su traidor cuerpo quería rendirse y perder sin luchar, como si no tuviera suficiente energía para detener lo que estaba sucediendo.

—Jadeó cuando otra sacudida de placer recorrió su columna vertebral. Estaba jugando con su pequeño botón, masajeándolo con su pulgar. Era demasiado. Estaba tan perdida en las sensaciones de placer que recorrían todo su cuerpo que no podía pensar con claridad. ¿Quién hubiera pensado que ser tocada de esta manera la haría sentir así?