Baje del auto y camine directo a la casa donde misteriosamente la puerta se encontraba abierta invitandome a pasar.
Entré y con cada paso rechinaba la madera del suelo. Empecé a revisar cada habitación del hogar empezando por la cocina la cual era la primera en tener cerca.
Entre en ella y pude notar que todo estaba en orden, como si el tiempo no hubiera pasado dentro.
Seguí mi recorrido por la habitación de estar y nada, todo estaba perfectamente cuidado e incluso mi mente decía que alguien habitaba la casa. Seguí adentrándome más hasta que subió a la planta alta donde me encontré con dos pasillos que llevaban a diferentes habitaciones.
Entre a la que al parecer era la habitación principal y me sorprendió el hecho de que todo estuviera cuidado, sin polvo, sin suciedad, sin nada que diga que la casa estuvo vacía todos estos años.
Mis sospechas de que alguien habitaba la casa se confirmaron cuando abrí un armario y se encontraba ropa completamente nueva dentro.
Salí de la habitación y me dirigí a una habitación que llamo mucho mi atención. Al entrar note que era la habitación de un niño pequeño; aún se encontraba su cama y algunas cosas tales como peluches, ropa y más.
De la nada un golpe me puso alerta, decidí salir pero las puertas se cerraron y no podía abrirlas. Intenté con ambas, pero todo era en vano.
De repente un extraño gas empezó a entrar por la ventilación de la habitación, un gas que inundó todo el lugar quitando la visibilidad y haciendo que cayera inconciente por unos minutos.
Cuando desperté me encontraba amarrado a una silla y enfrente mío se encontraba una gran máquina apuntando a mi persona.
Empecé a gritar, pero sólo escucha el eco resonando por toda la habitación. Sin previo aviso la máquina empezó a sonar como si estuviera prendida, yo comencé a quitar mis amarres con rapidez y angustia hasta que logré hacerlo y acto seguido la máquina se clavo en la silla, afortunadamente sin mi en ella.
Me incorporé aún mareado por el gas y caminé con mucho esfuerzo a la puerta para posteriormente darme cuenta que no estaba en la casa, sino en otro lugar.
Camine por pasillos que una iluminación tenue. Camine hasta llegar a una pequeña ventilación que al parecer era la única forma de llegar al otro lado. Entre en ella y sentí un terror profundo, algo me alertaba que estaba en peligro.
Llegué al otro extremo que tenía un ascensor al fondo. Mire a ambos lados del pasillo y me encontraba con enormes ventanas y dos controles con dos botones en cada uno. Al voltear pude ver el enorme letrero que decía "Bienvenido a Circus Baby Pizza World".
Me acerque a cada ventana para verificar si había algo en su interior, pero no, no había nada. De repente un grito de una niña llamó mi atención ya que el grito provenía desde dentro, desde donde había salido.
Regresé a la ventilación y seguía escuchando ese grito. Era una niña gritando el nombre de... Mike.
Seguí los gritos hasta una sala que decía "Peligro" en la entrada, abrí la puerta y entré. No había nadie, sólo un robot de cabello rojizo y vestimenta blanco con rojo. Me acerque lento mientras cuidaba cada rincón para no ser atacado por alguien escondido.
«Vaya mierda» dije a mi mismo mientras caminaba al robot que tenía una pinza en su mano derecha. Quedé frente a frente ante ese robot y fueron los segundos más largos de mi vida hasta que despertó y mirándome fijamente menciono "¿Quieres jugar?". Acto seguido el animatrónico tomo con su piensa mi pierna, aunque sólo fue un rozo caí al suelo y eventualmente empecé a sangrar de esa zona ya que esa pinsa estaba algo filosa.
«Vamos a jugar Mike» decía mientras se acercaba lentamente a mi. Yo seguía arrastrándome tratando de llegar a la salida. El animatrónico volvió a golpear mi cuerpo con su especie de garra haciendo imposible moverme por el inmenso dolor que sentía.
En medio de mi frustración miraba a todos lados hasta que encontré un bastón que sirve para electrocutar, así que lo tome y lo usé atacando al animatrónico que cayó frente a mi.
Me apoye en el bastón para poder levantarme y salir de la habitación, pero a lo lejos escuchaba decir "¿Crees qué con eso me vas a detener?" proveniente del animatrónico.
Corrí como pude hasta llegar a otra habitación que tenía un lugar para esconder, me metí y con esfuerzo cerré la enorme puerta que sólo me permitía ver por unos hoyos.
El animatrónico entró a la habitación y empezó a mover cosas tratando de encontrarme; yo no sé cómo, pero aguantaba hasta la respiración con tal de no ser descubierto.
Por un momento se detuvo y pensé que se había ido, pero no fue así. Se acercó a donde estaba y trato de abrir la enorme puerta. Me aferré a la puerta como nunca hasta que un sonido en otra habitación me salvó.
Después de comprobar que se había ido salí de mi escondite y corrí de nuevo a la ventilación.
Salí y corrí al ascensor que lentamente se abrió, entre en él y a lo lejos se escuchaba el sonido del metal, era más que claro que venía en la ventilación. Presioné desesperado los botones mientras venía el animatrónico de aquella ventilación.
«¡Carajo! ¡Cierra!» decía mientras sudaba del miedo. Ya me sentía muerto cuando el ascensor cerro sus puertas y empezó a subir, sólo veía al animatrónico observarme fijamente mientras dejaba el lugar.
¿Qué demonios hacia abajo? Mi cabeza preguntaba mientras trataba de recuperar el aliento y calmaba el terror que había vivido.
Era eterno el subir ya que el ascensor iba lento y en mi paranoia sentía que esa cosa iba a atacarme dentro del ascensor.
Llegué a la superficie y pensaba que mis problemas habían terminado, pero a decir verdad esto apenas iba comenzando.