﹏﹏﹏﹏﹏༺♡༻﹏﹏﹏﹏﹏
•
| CAPÍTULO TRES. |
•
Al día siguiente Ailén al igual que sus compañeras de habitación se levantaron temprano alistandose para su primer día de clases. Aún con el tiempo a su favor se dirigieron al gran comedor, donde desayunaron.
-Buenos días señoritas- dijo la voz del Potter, haciendo que la pelinegra se tensará
-Buenos días Fleamont- respondieron las tres chicas con una sonrisa para el Potter
Ailén lo miró, no mostró ninguna emoción para él. Ni siquiera saludo. Y solo se concentró en comer para dirigirse a su primera clase.
Terminó de comer lo más rápido posible, sus "amigas" ni siquiera se dieron cuenta que ella se estaba levantando de la mesa lista para irse. Ni a Ailén le importó despedirse.
Cuando estaba saliendo del comedor se encontró con sus amigos, los cuales igual que ella se dirigían a la clase de Pociones.
-Hola Ailén, ¿Quieres venir con nosotros?- preguntó sonriente Lastrange
-Creí que las serpientes y los leones no se llevaban bien- río levemente mientras miraba al Malfoy
Este sonrió.
-No lo hacen, pero por ti podemos hacer una excepción- le dice el rubio divertido
-Esta bien- les responde ella con una sonrisa -¿No me vas a saludar Riddle?- miró al pelinegro con una mueca que trataba de disfrasar con una sonrisa divertida
-¿Tendría que hacerlo?- preguntó el mirándole mientras reía levemente ante la expresión molesta de la chica -¿Cómo estás pequeña leona?- le pregunta mientras comienza a avanzar seguido de sus amigos y la pelinegra
Los tres chicos miraron asombrados al Riddle, ayer daba la impresión de ser serio y distante. Y ahora con ella, sonreía y reía como si nada. ¿Se conocerán de hace tiempo?
•
﹏﹏﹏﹏﹏༺♡༻﹏﹏﹏﹏﹏
•
La clase de pociones comenzaba a aburría a los alumnos, en especial cuando el profesor Slughorn simplemente explicaba como todos sus alumnos del año pasado habían reprobado en una materia tan fácil como esa. Ailén suspiro agotada. ¿Podría ser más aburrido?
-¿Viste a la asquerosa sangre sucia?- se escucharon unos susurro atrás de ella
Los cuales ignoró. Ni siquiera sabía a quién le decían.
-¿Quién? ¿Ailén?- por un momento logró identificar las voces
Eran Malfoy y Riddle, quienes se encontraban atrás de ella y Lastrange. ¡Estaban hablando mal de ella!
-Es una ilusión- le susurraron
Esta vez no fue la voz femenina que siempre le advertía. Era lo voz de Rodolphus. Lo miró, este le sonrió.
-No te dejes engañar- le dijo en voz baja -Es una ilusión- agregó seguro
-¿Cómo lo sabes?- le preguntó curiosa
-Mi padre me enseñó a crear e identificar ilusiones- explicó con una leve sonrisa -Malfoy y Riddle no hablarían mal de ti a tus espaldas- agregó dándole confianza a la pelinegra
Esta asintió con una sonrisa ignorando a las voces que hablaban atrás de ellos. Potter gruñó molestó mientras maldecía a Lastrange.
•
﹏﹏﹏﹏﹏༺♡༻﹏﹏﹏﹏﹏
•
Al fin las clases habían llegado a su fin, Ailén se encontraba sentada en el jardín, sola. El lugar prometía ser tranquilo, algo que le encantaba.
Hasta que la presencia del Potter lo arruinó.
-¿Qué haces?- le preguntó con una sonrisa
Aquella sonrisa no era coqueta, ni tenía ninguna chispa de maldad. Era simplemente una sonrisa sincera. Lo que hizo dudar a la pelinegra.
-Disfrutó el bello jardín- le responde con una sonrisa que trataba de verse amable
-¿Quieres ir al lago?- le preguntó sonriente
-Estoy ocupada, tenemos deberes- respondió tratando de no ser tan grosera -¿Acaso no lo recuerdas?- le mira
El Potter le sonrió, aquella sonrisa escondía la furia que en ese momento sentía.
-Maldita sangre sucia- murmuró demasiado bajo, apenas y lo pudo escuchar él.
-Si claro, tienes razón. Entonces será otro día- le dice con una sonrisa alejándose de donde la pelinegra se encontraba
Maldiciendola a cada paso que daba para alejarse de ella. ¿Cómo se atrevía ella a rechazarlo así? ¡Era Fleamont Potter! ¡Debería estar agradecida de que él se fijará en alguien como ella!
La pelinegra lo miró irse, soltó todo el aire que había retenido. Gracias a dios se había ido. Sin más que hacer se levantó de la banca y camino hasta la sala común donde enseguida subió hacia su habitación encontrándose a sus compañeras.
-¿Dónde estabas?- preguntó Ella con gran brillo de curiosidad en sus ojos
-Recorriendo Hogwarts- respondió la pelinegra sin importancia
La verdad, ni siquiera quería hablar con ellas, cuanto deseaba estar en Slytherin con sus amigos. Pero ya no importaba, estaba en Gryffindor y ya no había vuelta atrás.
-¿Hay algo que quieras contarnos?- le pregunta Alicia esperando una respuesta que la complacierá
Las tres chicas sabían que Fleamont la iba a invitar a estar con él un rato, después de todo ella tenía que aceptar. Pues él la defendió de la ilusión de Riddle y Malfoy; aunque todo había salido mal. Eso aún no lo sabían ellas.
-No, ¿Por qué?- les preguntó completamente confundida
¿Tenía que contarles algo?
Ni siquiera las consideraba amigas del todo. Al menos no por el momento.
-No, por nada- respondió Cristal con un tono que parecía molestó
La pelinegra se quedó confundida pero igual no dijo nada mas. Ni siquiera le importaba.
Enseguida tomó algo de ropa de su baúl y entró al baño de la habitación donde comenzó a cambiarse. Salió de este con un vestido verde esmeralda, su cabello recogido en una coleta alta y en este habían una bella diadema de flores artificiales de color verde y plateadas. Las cuales combinaban con el vestido. Una aparece de Slytherin que asqueaba a sus compañeras de cuarto.
Se sentó en su cama para ponerse unos zapatos negros y enseguida salió de la habitación sin decirles nada a sus compañeras.
-Maldita sangre sucia- dijo molesta la Abott mirando como la pelinegra cerraba la puerta
-Deja de insultarla- defendió la Weasley
-No se porque la defiendes- le reclamó la rubia -Sabes lo que nos pasará si ella sigue juntándose con Riddle- agregó mientras tomaba un mechón de su rojizo cabello y lo jalaba
Haciendo que Sadie se quejara del dolor. Aquel mechón de cabello se desprendió de su cabeza haciendo que soltará lágrimas. Dolía estar metida en todo ese caos. Ser la sirvienta de Dumbledore. He incluso de Potter y sus supuestas amigas Alicia y Cristal.
No deseaba que algo malo le pasaba a Ailén, a pesar de que apenas la conocía. Ya la quería como si fuera su hermana, y es que ella tenía una actitud extrañamente peculiar. Pero solo se comportaba así con los Slytherin's. No parecía que en un futuro fuera a convertirse en la "Señora de la obscuridad", tal y como la había dicho Dumbledore.
•
﹏﹏﹏﹏﹏༺♡༻﹏﹏﹏﹏﹏
•
Por los pasillos caminaba Ailén, una leve sonrisa que contagiaba a todos los alumnos que la veían. Sus ánimos estaban por los cielos; y eso la hacía verdaderamente feliz.
Deseaba encontrar a sus amigos, o a la biblioteca. No sabía exactamente dónde se encontraba. Pero estaba bien, tenía que aprender; después de todo ahí viviría por casi nueve meses.
Al doblar en la esquina de un pasillo chocó con alguien, y al saber de quien se trataba sus sonrisa desapareció. Eran los chicos que la estaban acosando en el tren.
-Pero miren quien regreso por más- sonrió él castaño líder del grupo mirando a la pelinegra con una sonrisa maliciosa
Ailén retrocedió unos cuantos pasos, ¿Por qué de tantos alumnos en Hogwarts tenía que toparse con ellos?
No lo pensó dos veces y comenzó a correr, sino huía de ahí. Algo malo podría haberle pasado.
Justo antes de que comenzará a correr un hechizo impacto con el grupo de bravucones. Miró atrás encontrándose con el grupo de Slytherin's, los cuales sostenían sus varitas en alto. Listos para atacar con cualquier hechizo.
Ellos la habían salvado, sus amigos... Sus verdaderos amigos.
•
•