'¡Kya! ¡¿Qué diablos hice?!'
Ayane Arada, conocida como Ai-chan, quien estaba sentada en su pupitre, tenía la cara culta por sus brazos.
En su mente aun podía recordar esa 'dura' y 'grande' sensación que su trasero sintió cuando se pegó a su profesor.
¡¿Acaso las cosas de los hombres son así?!
Ella solo tenía conocimiento sobre el sexo opuesto de lo que podía leer en los libros o lo que su profesora Okuzumi Yuiko enseñaba en la clase de biología, pero estaba muy segura que el tamaño de su profesor era por mucho superior a lo normal.
¡Parecía que llevaba una botella de agua dentro de los pantalones!
¡Pero lo que más avergonzaba a la chica no era el hecho de haber sentido eso, o no, sino que ella misma inconscientemente se quedó pegada a su sensei mientras que su trasero oprimía a semejante monstruo!
No fue por miedo ni por sorpresa, sino por… ¿gusto?
Ella, quien siempre se cuidó de no hacer nada indebido, quien siempre rechazó cualquier invitación para salir de un montón de chicos, había hecho algo indecente.
¡¿Qué le pasó por la mente para hacer algo así?!
¡Y para rematar, lo hizo con su profesor!
¿Qué es lo que pensaría de ella ahora mismo? ¿acaso creería que es una chica fácil?
'¡Aaaaa, quiero que me trague la tierra!'
Ai-chan solo podía lamentarse en estos momentos mientras su rostro ardía por completo.
No obstante, alzó una de sus manos y se tocó el cabello, justo en donde Yuuma le dio unas palmaditas.
Incluso cuando entraron al tren, su sensei no dijo nada, no se puso nervioso y no trató de alejarse. Se quedó a su lado y la protegió del resto de personas que se amontonaban dentro del vagón.
Incluso cuando ella hizo algo tan descarado, Yuuma solo le regaló un sonrisa, le volvió a dar unas palmaditas en la cabeza y le dijo que no pensara mucho en ello, que solo había sido una accidente.
Y por si fuera poco, Yuuma comenzó a hablar de muchas cosas que poco a poco fueron distrayendo la caótica mente de la chica, haciéndola sentir un poco relajada.
¡No obstante, eso era aún peor!
Ahora ella no podia dejar de pensar en su sensei, en lo maduro y genial que era al afrontar una situación como esa.
Tanto así que ella inconscientemente le daba miradas al lugar en donde ese 'monstruo' estaba encerrado.
'¡¿Acaso soy una pervertida reprimida?!' – la chica se cuestionó mientras jugaba con su cabello.
"Miyamoto sensei…"
*Bamb*
"¡Kya!"
De repente, un gol sobre el pupitre hicieron que Ai-chan pegara un grito por el susto.
"Hey, representante, estas susurrando el nombre de ese profesor"
Fue Ishigami Shizuka, su mejor amiga, quien dio ese golpe. No obstante, a diferencia de otros días en donde siempre mostraba una sonrisa, ahora tenía una expresión de molestia en el rostro.
"¡Casi me da un infarto Shizuka, no me asustes así!" – Ayane le reclamó a su amiga.
"Mírate, tienes toda la cara roja mientras piensas en ese profesor. Dime ¿algo pasó entre ustedes?" – Shizuka preguntó con un tono inquisitivo.
No es que ella sea una chica cargosa que solamente quiera molestar a su amiga, solamente que no quería que Ai-chan haga algo tonto.
Durante el primer años de preparatoria Shizuka vio cómo es que su amiga bateó a todos los chicos que se le habían confesado, incluso vio como supo sobrellevar de manera muy madura todas las habladurías que se cernían sobre ella, lo que demostraba que era una chica muy especial.
No se dejaba impresionar por cosas triviales como regalos o palabras bonitas, tampoco era una chica tonta que solo se fijaba en el físico de una persona.
Ella era una chica muy madura para su edad.
¡Y es por eso mismo que Shizuka no sabía por qué ahora mismo estaba comportándose como un típica colegiala enamorada!
Durante toda la semana pasada la muchacha tenía periodos en los que se perdía mentalmente cuando veía desde lejos al nuevo profesor de literatura, algo que no había pasado antes con ningún hombre.
¡Incluso recordó el rosto entristecido de Ai-chan cuando supo que ese profesor no les enseñaría a su salón!
Y hoy día, lo primero que ve Shizuka al llegar a la escuela es a su amiga con el rostro rojo como tomate mientras balbuce el nombre de ese sujeto.
¿Qué mas podía pensar si no es que ese tipo le había hecho algo as u amiga para hacerla actuar como una idiota?
"¿D-De que hablas? ¿no ha pasado nada?" – Ayane respondió.
"¡Claro que ha pasado algo!¡eres demasiado evidente!" – Shizuka resopló, pero luego mostró una mirada preocupada – "Amiga, solo quiero saber por qué actúas así"
Ai-chan se quedó callada por un momento mientras miraba a su amiga.
Shizuka podía ser un poco pervertida por momentos, pero era su mejor amiga, y siempre la había apoyado y ayudado cuando tuvo problemas.
Pero tenía miedo de contarle lo que estaba sintiendo en estos momentos.
No obstante, al final decidió confiar en su amiga.
"¿Prometes no armar un escándalo si te lo cuento?" – murmuró Ai-chan mientras estiraba su dedo meñique.
"Ah, vamos, dilo de una vez. Aunque ya puedo adivinar de que se trata, prometo no decirle a nadie" – Shizuku también estiró su meñique y lo entrelazó con el de su amiga.
"Bueno, todo empezó la semana pasada cuando…"
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"Hey Miko, puedes apoyarte en mi hombro hasta que lleguemos a la enfermería~"
"No te preocupes Hana… puedo caminar sola"
"¿Segura? Recuerda que los mareos por anemia no son cosa de juego"
Por los pasillos de la escuela dos chicas iban conversando mientras se dirigían a la enfermería.
Una de ellas, la chica llamada Hana, tenía una apariencia muy vivida. Su cabello corto color naranja iba a juego con su personalidad alegre. Y vaya que también tenía un par de cosas muy vividas que rebotaban cada vez que caminaba.
Por el contrario, la chica llamada Miko parecía tener una personalidad diferente a la de Hana. Su cabello negro y largo contrastaba con sus muy resaltantes ojos dorados, pero su rostro no mostraba la energía que su amiga, por el contario era más sombría y cansada.
Sin embargo, el estado actual de Miko no se debía a un cuadro de anemia tal y como Hana pensaba, sino a algo completamente diferente.
Esto era un engaño, Miko había mentido al decir que estaba enferma.
¿El motivo?
Ella había adquirido una habilidad especial, una no tan buena.
¡Desde hace unos días había comenzado a percibir una serie de extraños seres sobrenaturales parecidos a fantasmas!
No supo cómo ni por qué podría hacerlo, solamente sucedió así sin más una tarde de lluvia en la que estaba en la parada de autobuses. Desde entonces ha estado viendo esas cosas por todos lados.
¡En su casa, en la calle, en la escuela…. Estaban en todas partes, aumentado su miedo y ansiedad por todas partes!
Sin embargo, por más miedo que tuviera, no podia hacer o decir algo ya que aparentemente solo ella podia ver esos espectros, siendo algo invisible para el resto de personas. Y por lo que había visto hasta ahora, esas cosas no parecía dañar a las personas si estas no le prestaban atención.
Por ello es que no quiso alarmar a nadie contándole sobre esas cosas. Incluso no podia confiar en su mejor amiga Hana ya que era una chica muy miedosa. Comenzar a contarle seres cosas sobrenaturales posiblemente sea algo traumatizante.
Además, cabía la posibilidad de que todo esto sea su imaginación, que muy posiblemente esté loca, y no quería que el resto comenzara a catalogarla como una chica extraña.
Por ello es que en silencio decidió ignorar la presencia de los espectros, convirtiéndose en algo casi rutinario.
Pero por más que intentara, era más fácil decirlo que hacerlo ya que cada vez que esas cosas aparecían no podia reaccionar sin miedo.
Y hoy no era la excepción.
¡Una de esas cosas paranormales, la cual tenía múltiples brazos, apareció en su salón de clase desde dentro de un pupitre y de inmediato comenzó a rodear a Hana, como si quisiera aferrarse a ella!
Miko, en su desesperación, simuló un desmayo para mover el pupitre de su amiga y así alejar al espectro, y para asegurarse de que esa cosa no les haga nada, salió del salón con Hana para dirigirse a la enfermería.
Sin embargo, parece que su esfuerzo no sirvió de mucho.
¡Esa cosa los había seguido y ahora mismo estaba rodeando a Hana y parecía no querer soltarla!
Sin saber que más hacer solo siguió caminando junta a su amiga hacia su destino, acercándose a la puerta de la enfermería.
{eeeek… dulce…. Huele}
'¿Humh? ¿esa cosa acaba de hablar?' – de repente, Miko se sorprendió al escuchar como el espectro que rodeaba a su amiga comenzó a pronunciar palabras entrecortadas.
Sin embargo, no tuvo tiempo para seguir pensando ya que el espectro se desprendió y con una gran velocidad se dirigió a la puerta y la atravesó como si nada.
{tu… eres…. delicioso…HIiiiiiiiik .... ¡Haaaagh!}
¡En ese instante se escuchó un terrible lamento, haciendo que Miko se quedara quieta frente a la puerta por el miedo!
Claramente la criatura que había estado molestando a su amiga fue quien dejó salir ese horrible grito.
¡¿Qué diablos le había pasado?!
"¿Humh? Que sucede? Te sientes mareada otra vez?" – Hana preguntó al ver que su amiga ya no estaba caminando.
Justo cuando Miko estuvo a punto de responder la puerta de la enfermería se abrió, dando pase a una figura imponente.
"Oh, perdón, si están buscando a Kido-sensei tendrán que esperarla, ahora mismo no está aquí"