El mundo no podía creer lo que estaba presenciando. Una bestia mágica de cuasi-rango 7, la criatura más fuerte de ese plano, había muerto bajo la ofensiva imparable del Rey Elbas.
La desesperación se extendió entre las tropas defensoras. Habían dado lo mejor de sí y desplegado todos los activos de su arsenal, pero apenas habían logrado hacer mella en la técnica del Rey Elbas.
El Real no sufrió ninguna herida desde el ataque sorpresa de Noah. Parecía que los esfuerzos de todo un mundo no eran suficientes para detener el asalto de ese ser poderoso.
—Me pregunto qué quiere hacer ahora Demonio desafiante —dijo Mano Izquierda de Dios. Intentó burlarse de Noah con su tono, pero su voz llevaba una impotencia que no logró ocultar.
Mano Izquierda de Dios no era una cobarde. Su sugerencia inicial provenía de un análisis cínico de su situación.