Qiao Xi observaba en silencio su rostro dormido. Después de un momento, se inclinó y le besó suavemente los labios. —Ah Zheng, este es el mejor regalo que he recibido. Estoy realmente feliz.
Durante los días que estuvieron separados, ella extrañó a Gu Zheng mientras que Gu Zheng también la extrañaba a ella. Él estaba ansioso por regresar. Esto era la manifestación del amor.
Qiao Xi se levantó lentamente y bajó las escaleras en silencio. Vio a Song Shiyu, quien también estaba exhausto. Su cara estaba llena de resentimiento, y tenía enormes ojeras debajo de sus ojos.