—Tengo algo que quiero aclarar contigo —Fu Hang se encontró con los ojos de Shen Yan llenos de repugnancia, y su corazón dolió vagamente.
—¿Qué quieres preguntar? —Shen Yan levantó las cejas y sonrió como si hubiera comprendido algo de repente—. ¿Podría ser que quieras preguntar qué planeo hacer con Lin Tao? No te preocupes, hace mucho tiempo que dejé de gustarte. No me moveré contra ella mientras no me provoque. ¡Puedes irte ahora que tienes la respuesta que querías!
Cada palabra que ella decía era como un cuchillo que se hundía despiadadamente en su cuerpo, dejándolo lleno de agujeros.
—No —Fu Hang escupió con una voz perdida.
—¡Fu Hang, date prisa y vete. Estás afectando seriamente mi estado de ánimo! —Shen Yan levantó la mirada para mirar a Fu Hang y dijo impaciente.
—¿Estás con Lu Yan?
Al oír las palabras de Fu Hang, Shen Yan se quedó atónita por un momento. Se burló y replicó, —¡Me temo que mis asuntos no tienen nada que ver contigo!