—Acabo de ver al lacayo de Qiao Chen de la Clase B mirando de reojo el asiento de Hermana Nian. ¿Está teniendo pensamientos sucios otra vez? —Shen Qingqing no tenía una buena impresión de la gente de la clase de al lado. Cuando mencionaban los nombres de la gente que a menudo jugaba con Qiao Chen, no podía evitar fruncir el ceño.
—Acabo de verla mirando hacia nuestra clase como si buscara a Hermana Nian. ¿No se la ha pasado bien con Qiao Chen? Me temo que Qiao Chen va a meterse con Hermana Nian otra vez. —Shen Qingqing vio a Xu Xu mirando alrededor del aula. Golpeó el libro y se levantó de su asiento. Después de entregar su tarea al líder del equipo, volvió a su asiento e inclinó la cabeza. Su linda y redonda cara se veía inquieta mientras hablaba con los chicos de la primera fila.