—Está bien. Dejaré este lugar aquí primero. Si vas, iré contigo. Si no vas, tampoco iré —No lo decía por enfado ni para amenazar a Qiao Nian.
Hablaba en serio.
El nivel de este concierto era extremadamente alto. Cuando llegara el momento, vendrían incluso pianistas extranjeros como Stephen.
Todos eran jóvenes músicos destacados.
Sin embargo, no tenía un sucesor a quien pudiera presentar. No mencionar nada más, no le preocupaba perder la cara él mismo. No obstante, no quería que la gente, tanto nacional como internacionalmente, pensara que solo la generación mayor tocaba instrumentos tradicionales como el konghou en el país. No quería que otros pensaran que él era el único que aún luchaba por sostener la industria como un anciano. ¡Después de cien años, esas esencias nacionales que habían sido transmitidas por mil años serían enterradas con ellos!