Este capítulo está dedicado a @Sacogun y a todas las increíbles madres que leen esta novela. ¡Feliz día de la madre!
Apoiándose en sus codos, miró profundamente dentro de sus ojos, su respiración continuaba soplando fuerte y caliente sobre su cara.
—¿Estás bien? —preguntó.
Ella asintió.
—Pero estás llorando.
—No lo estoy. Y he oído que pronto se sentirá mejor... —respondió entre sus respiraciones entrecortadas. Mientras tanto, acariciaba suavemente sus brazos que ella sostenía, tratando de asegurarle que estaba bien.
Él rió suavemente y luego besó las lágrimas de las esquinas de ambos ojos, una tras otra. —Sí, será así... pero... no creo saber cómo ser delicado hasta que tú estés... joder —se interrumpió. Sus ojos brillaban con algo tan intenso que bien podría rivalizar con la locura.
—No necesitas forzarte a ser delicado. Quiero esto. Te dije, puedo manejarlo
Empujó hasta el fondo mientras rugía. Fue un golpe poderoso.