Su corazón latía con locura dentro de ella en el momento en que procesó lo que su boca acababa de soltar aparentemente por su cuenta. Se sostuvieron la mirada y notaron que ambos probablemente tenían la misma expresión en sus ojos.
Pero Alicia fue la primera en salir de ese trance en el que estaban atrapados. Ya se había dado cuenta de que había estado cayendo más y más profundo por Ezequiel cada momento que pasaba con este hombre. Aunque ya se había admitido a sí misma su deseo por él, todavía nunca había usado esa palabra, hasta ahora.
Nunca había pensado que realmente se le escaparía de la lengua. Pero ahí va. Se deslizó tan naturalmente de sus labios antes de que siquiera pudiera darse cuenta. Pero no fue demasiado impactante —al menos no para ella—. Ya había sentido que sus sentimientos por él ahora habían evolucionado a un punto que era mucho más que simple lujuria, más que un deseo plano. Era algo que era más fuerte que eso, algo mucho más poderoso.