Mientras la capa aleteaba hacia el suelo y aterrizaba, Alicia se ahogó de horror. Sus ojos se abrieron desorbitadamente, mientras su cuerpo se paralizaba en un shock total.
Zeres no llevaba camisa debajo de su capa y su torso estaba cubierto con heridas profundas y grandes que parecían palpitar furiosamente con vida propia.