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Era mediodía cuando Alex y Abigail llegaron al castillo del Reinado. La familia real los recibió, pero cuando Alex escuchó que Kai y Zeke no estaban en el castillo, la pareja inmediatamente se fue y se dirigió a la antigua casa de Alex.
La casa antigua ya no se veía desolada como antes. Había sido renovada y ahora parecía un pequeño y elegante hotel antiguo.
—¿Crees que podremos encontrarnos con ellos esta noche? —Abigail le preguntó a Alex. Estaban sentados tranquilamente en una mesa afuera mientras la calmada y relajante brisa de la tarde soplaba suavemente sobre ellos.
—Estoy seguro de que Zeke ya sabía de nuestra llegada. Probablemente solo le falta interés. Ese tipo solo aparece si hay problemas lo suficientemente interesantes como para llamar su atención —dijo Alex mientras miraba al cielo.
Abigail frunció el ceño. —¿Estás diciendo que está tratando de evitarnos?