Cuando el taxi en el que iba se detuvo frente a una enorme mansión, su mandíbula se desencajó ante la vista. La escala del lugar la dejó casi sin palabras. "Casa" no lo describía del todo, esto iba más allá de una simple casa. Era tan enorme que Abi especuló que todo su pueblo podría caber dentro.
Con pasos medidos, se acercó a la mansión mientras observaba su entorno. El jardín que se extendía por el amplio patio delantero no era una explosión de colores; más bien, exudaba una simplicidad sosegada. Su diseño parecía haber sido intencionadamente elaborado para evitar llamar la atención de la gente.
Y cuando estuvo más cerca, notó los exquisitos escalones de mármol blanco que llevaban a la puerta principal, que la empequeñecían, y los contempló lentamente. Ahora podía ver que todo, desde las paredes hasta la ventana y el vidrio, parecía una magnífica obra de arte. ¿¡Cómo sería el interior!?