—Capitán, Sharon efectivamente envió un mensaje desde su teléfono —una voz resonó en el auricular de Wally.
Miró a las dos mujeres sentadas frente a él y salió de la sala de interrogatorios. —¿Puedes interceptar la señal telefónica? ¿Cuál es su mensaje? ¿Puedes rastrear el número de teléfono de a quien está enviando el mensaje?
Al ver a Sharon sentada fuera de la puerta, una mirada oscura cruzó sus ojos. Nunca esperó que la mejor amiga que su hermana había presentado fuera un contacto reciente de ese bastardo.
Sin embargo, después de varios intentos, Sharon no parecía tener ninguna relación sustancial con la persona a la que había estado vigilando durante mucho tiempo. No esperaba tener un avance hoy.
Wally miró el mensaje en su teléfono y sus ojos revelaron un tipo de shock. Había estado siguiendo a Caleb durante al menos seis años. Esta era la primera vez que sabía que él realmente tenía un hijo, y estaba en Nueva York.