Los espectadores no pudieron evitar sentir un poco de arrepentimiento por no ver a los personajes principales de un gran romance. Durante un tiempo, toda la ciudad discutía lo que estaba pasando. ¡Querían saber de qué familia eran el señor y la señora que tenían tan buen carácter!
Wallace llevó a Sharon a casa.
En el camino, la cara de Sharon mostraba una gran felicidad que no podía ignorarse. No pudo evitar preguntarle a Wallace —¿No es Jardín de Cristal un hito en Nueva York? Además, nunca lo abren al público. ¿Cómo lograste que reservaran todo el lugar?
Wallace sonrió, sin esperar que Sharon fuera tan animada. Dijo:
—Una vez salvé a la nieta del diseñador del Jardín de Cristal, y él me hizo una promesa en ese entonces: si lo necesitaba en el futuro, definitivamente cumpliría mi deseo.
Sharon entendió. —Ya veo. ¡No escuché que lo mencionaras antes!
—Conozco a mucha gente también. Te contaré más cuando tenga la oportunidad en el futuro.