—Tías, no tienen necesidad de estar nerviosas —empezó Sonia—. Hablaré con su líder ahora. En un rato les traeré buenas noticias a todos.
Sonia mantenía su suave sonrisa en la superficie, pero en el fondo, las despreciaba.
June no entendió los pensamientos de Sonia y en cambio sintió que tenía a alguien apoyándola.
—Mientras Sonia está aquí, nadie se atreverá a provocarme —pensó June y no pudo evitar decir—. Sonia, tía te acompañará.
Sharon sintió que era un poco inapropiado. Miró a June y dijo:
—Mamá, no se ha resuelto nada aún, así que no te metas. Si las cosas se salen de control, la otra parte podría buscarte problemas.
—¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te atreves a decir tonterías aquí? —June fulminó con la mirada a Sharon—. ¿Crees que las demás son tan incapaces como tú?
Todo el mundo presente estaba contando con Sonia para ayudarles a resolver el problema en el casino. Cuando escucharon a Sharon cuestionarla, se sintieron inmediatamente infelices.