Después de cenar, Mason llevó a Lila a la sala de estar de la mansión. Cuando llegaron, ya había algunos hombres americanos sentados dentro esperándolos.
Lila no entendía qué quería hacer Mason, pero Mason la consoló suavemente —No hay necesidad de estar nerviosa.
No mucho después, el hombre americano a cargo se adelantó y comenzó a charlar con Mason. Fue en ese momento que Lila escuchó su conversación y finalmente entendió lo que estaba sucediendo: Mason quería comprar un seguro para sus piernas.
No era inusual que las personas famosas aseguraran partes de su cuerpo, pero... la mayoría lo hacían para llamar la atención, así que Lila rápidamente se aferró a Mason —Mason... yo no...
—No lo pienses demasiado. Tus piernas necesitan protección porque son las piernas más hermosas que he visto en el escenario de modelado...
—Pero... —Lila todavía tenía dudas.