La hago ponerse de cuatro paras. Saco la poción lubricante. Se estremece cuando penetro su culo con un dedo.
–¡Está frío! ¡Eso es mi culo!
–Sí. Te voy a follar por el culo ahora. Esto es para que no te haga daño– le anuncio.
–¿Por el culo? Pero… Eso… ¡Aaah! ¡Dios! ¡Está dentro! ¡¡Aaaaahh!! ¡No tan fuerte! ¡¡AAAAaaaaahh!!
–Tienes un culo precioso. Seguro que te lo miraban a escondidas, ¿verdad?
–¡¡Aaaahh!! Sí, lo hacían… ¡Pervertidos! ¡¡AAAaaaahhhh!! No como mis tetas. Son pequeñas y feas.
–¿Oh? ¿Te gustarían que fueran diferente?– pregunto con curiosidad.
–¡Claro! ¡Más grandes! ¡¡Aaaaah!! ¡Más firmes! ¡¡Aaaaahh!! Pero no tan grandes como esa tetona… ¡¡¡Aaaaahh!!
Supongo que se refiere a Song. Mejor no se lo digo. Ya le tiene suficiente manía.
–Podría arreglarlos. Si te portas bien.
–¿De verdad? ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAaaaaahhhHHHH!!!!!
Se corre. Me paro un momento. Mientras se recupera. Mientras le aseguro que puedo hacerlo. Que los haré crecer un poquito. Y eso empiezo a hacer. No tardo en volver a embestir.
–¿Cómo te sientes? Explícalo.
–Es raro… Mi culo está lleno… ¡¡¡Aaaaaaahh!!! Se siente bien… ¡¡AaaaaaaaahhhhHH!! Aunque no tanto como… ¡¡Aaaaaahh!!
–¿Cómo dónde?
–¡¡¡AAAaaaahhhh!!! No me hagas decirlo…– suplica.
–Dilo, quiero oírlo– insisto.
–Cómo en mi coño. Se siente mejor allí. ¡¡¡AAAAAAAAAaaaaaahhhhhHHH!!!
Se vuelve a correr. La lleno. No aguantaría mucho más. Su físico y cultivación tienen que mejorar bastante.
Se queda un rato tocándose el pecho. No ha aumentado mucho. Pero sonríe. Sin duda aprecia la diferencia.
–¿De verdad puedes hacerlo crecer igual cada vez que tenemos sexo?– me pregunta.
Sus ojos me miran con adoración. Parecen incluso brillar. Ni rastro del miedo o el odio de antes.
–Sí. Pero no puede ser inmediato. Hay que esperar a que recuperes el Yin– le explico.
Ella asiente. No sé si lo ha entendido. Parece realmente entusiasmada.
–¿Y podré practicar técnicas? ¿Y mejorarás mis meridianos? ¿No mientes? ¿Amo Kong?– quiere confirmar.
–Sí, pero llevará tiempo. Mañana le diré a Rui que te muestre las armas. Por ahora, te dará trabajo que hacer. Antes de practicar, has de mejorar tu físico y tus meridianos.
–Sí amo Kong. Me esforzaré. También para aprender a servirte mejor– me asegura.
Poco después la devuelvo. No tarda en dormirse. Supongo que está cansada. Yo estoy un tanto anonadado. Ha pasado de resistirse a la lealtad absoluta.
Es cierto que Song ha dicho que tenía una voluntad débil. Que seguramente se sometería con un poco de "palo y zanahoria". Pero no esperaba que fuera tan rápido.
Rui aún está despierta. Le doy instrucciones para mañana.
Después de practicar un poco con armadura interior en todo el cuerpo, llamo a Ma Lang. Que insiste en bañarme. Le gusta hacerlo. Se excita. Así que acabo arrastrándola dentro. Y Follándola otra vez. Luego me duermo abrazado a ella. Mi cabeza entre sus pechos. Entre sus brazos.
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Nos despertamos pronto. Aunque no más de lo que lo hacía como esclavo. La pongo a cuatro patas, aún soñolienta. A la segunda embestida, ya está despierta. Gimiendo. Sus pechos rebotando lascivamente.
Hoy nos damos una tregua. Ni las ato ni me atan. Con algunas, nos besamos bastante. Con la mayoría, no hay ni dominador ni dominado. Yu me muerde cuatro veces. Liang grita varias veces mi nombre. Shi no puede, tiene su boca ocupada con la mía.
Salgo de la cabaña cuando aún no ha salido el sol. No queda mucha. Cuando llego, Tai Feng ya está esperando. Mejor no le pregunto cuanto lleva allí.
Me saluda efusivamente cuando me ve. Me abraza. Casi llora. Casi me parte en dos. Se le ve nervioso. También entusiasmado. Preocupado. Esperanzado. Sobre todo, impaciente. Casi me arrastra cuando abren el control de esclavos. Mejor que yo no entre con él.
Le doy los puntos. Me lo agradece cuatro veces. Hasta que lo echo. No tarda más de unos minutos en volver. ¿Algo ha salido mal? La verdad es que no sé como va lo de la compra. Tendría que haberle preguntado a Fen Huan.
Es evidente que no ha ido mal. Está entusiasmado. Le han dicho que la traerán en el siguiente turno. En un par de horas. Así que lo acompaño a la librería. A coger el manual de cultivación dual.
Hay varias copias. Es relativamente fácil y común. Aunque no muchas, hay algunas parejas serias en Génesis. Él se pone rojo de nuevo al leerlo. Río para mí. Pronto ya no se avergonzará tanto.
Le recuerdo varias veces que ha de actuar serio cuando estén fuera. Solemne. No puede cogerla y besarla delante de todos. Los rumores circularán igual, pero mejor guardar las formas. Cuando lleguen a su cabaña, pueden hacer lo que quieran. Él asiente. Nervioso.
Mientras, para mi sorpresa, he visto que Guo Hai ha escogido una espada negra a dos manos. Ella es más bien pequeña. Es un poco grande para ella. Pero parecía encantada. Si no recuerdo mal, tenía bastante calidad, comparada con las otras. Creo que podía decirse que era adecuada para alguien incluso en Alma.
Aprovecho para preguntarle a Tai Feng por su espada. Me habla que ha dominado ciertas técnicas básicas. Mmmm. Me suena que tenía una copia imperfecta por ahí de alguna de ellas. Se la daré a mi nueva esclava. Por ahora, le toca cortar algunos troncos. Quizás luego desollar alguna de las bestias que tenemos aún guardadas.
Por ahora, no hemos vendido las pieles, huesos, dientes u órganos de las que hemos procesado. Creo que, después de la última experiencia, esperaremos un poco. Por ahora, tenemos suficiente oro.
Tai Feng se va con su manual y mis mejores deseos. Nervioso. Espero que todo salga bien. Yo he hecho todo lo que he podido.
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Voy a copiar tres hojas más. Un poco mejor. No he quedado tan vació de qi. Lo recupero un rato después. Follando a Rui contra la pared. De cara. Sujetándole las dos manos. Sus piernas abiertas. Dejándome entrar en ella. Una y otra vez.
A Ning también contra la pared. Aunque le cojo las piernas. Se las levanto hasta la cabeza. He conseguido que sea bastante flexible. De hecho, Rui también lo es. Y algunas de las chicas. Pero ellas practican por sí mismas.
A Rong la follo de espaldas. Con una pierna levantada. Sobre mi hombro. La otra en el suelo. Ella inclinada. Las manos apoyadas en la pared. Compruebo que sus pechos están suficientemente mullidos. Blanditos. Que se balancean lascivamente. Y los vuelvo a hacer crecer un poco más.
Luego voy a una charla. Se ha vuelto a activar después del torneo. De hecho, hay bastantes. Hoy voy a dos.
La primera es sobre técnicas de cultivación básicas. Una pérdida de tiempo. Explican las mejores posiciones para absorber el qi. Cómo sentarse. Que hay formaciones que ayudan. A mí no me hace falta, yo lo absorbo con sexo. Y las chicas no necesitan tampoco concentrarse en ello. Con la absorción natural es suficiente. No necesitan forzar su contenedor.
Supongo que tampoco está tan mal. Al menos tenía que conocerlas. Por si tengo que disimular.
La segunda es sobre técnicas de movimiento. Las gemelas también están. Describen algunas. Sus características. Nombres. Hay algunas muy espectaculares. Que parecen muy útiles. Pero solo en un reino o dos. Y no son apropiadas para todos los tipos de combate.
Cuando más tarde lo hablamos, todas deciden lo mismo que yo. Ir a una técnica básica. Que nos sirva a todos. Y que vaya mejorando con cada etapa. Con cada reino. Que sirva para varios.
Quizás otros estarían más interesados en resultados inmediatos. Pero nosotros subimos rápido de nivel. Y no podemos permitirnos una para cada uno. Aunque no sean tan espectaculares al principio. Se llama Movimiento Creciente. La voy a coger después de comer con ellas. Después de ojearla, se la envío. Para practicarla, necesito más espacio. Ellas no tienen ese problema
Por ahora, seguiré con Armadura Interior. Ya puedo expandirla por todo el cuerpo. O solo en un punto. Pero me falta acabar de controlarla. No dejarme nada. Activarla y desactivarla más rápido. Optimizar el uso del qi.
Cuando llegue a la etapa dos, podré ir un paso más allá. Ahora se limita a endurecer piel y músculos para proteger los órganos. U otras partes. En la dos, podré empezar a trabajar más directamente con órganos internos. Hacerlos más duros y elásticos.
Sé que continúa en reinos superiores. Pero no tengo los detalles. Lo mejor es que he tenido suerte. No parece tener problemas con el Cuerpo Ying Yang. Se complementan.
También estoy estudiando una opción avanzada de Sellar qi. Aunque por ahora no puedo probarla. Consiste en diluir el qi antes de usarlo. Con ello, se usa una versión menos densa del qi, la equivalente a una etapa inferior. Cuando suba de etapa, dominarlo será una prioridad. No pueden saber que he subido tan rápido como parece que voy a hacerlo. Llamaría demasiado la atención.
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Han pasado dos días desde que capturamos a Guo Hai. Es totalmente leal. Al nivel de Rui. Y parece entusiasmada. Por sus tetas que van aumentando. Por poder practicar las técnicas básicas de mandoble. Incluso me ha sorprendido que parece disfrutar cortando leña y desollando.
Al parecer, no le dejaban hacer trabajos manuales. No era digno de una heredera. De una ciudadana de clase alta. Lo que la frustra es que se cansa enseguida. Ya mejorará.
Es también algo problemática. Tenía celos de Ning y Rui. Quería ser la jefa. Ning pasaba de ella. Rui fue más expeditiva. Le pegó una pequeña paliza. Dejó claro quien manda. Luego la dejó atada toda la mañana. Ordenó a Ning que se la follara.
Ahora la mira con algo de aprensión. Cumple sus órdenes sin rechistar. Y a Ning la mira un tanto raro. Supongo que no se cree que pueda haber alguien tan pervertida. Espero que no haya más problemas entre ellas.
Gracias a ella, hemos conseguido algo de información de los comerciantes de la ciudad. De las familias. De sus conflictos. De cómo y dónde sería mejor vender pieles y otros restos de las bestias. O comprar carne.
Después de hacer unas copias como todas las mañana, me voy a hacer un encargo para las esclavas. Están un poco preocupadas. Me han pedido que vaya a ver qué pasa.
Llamo a la cabaña. ¿No están? Nadie contesta. Estoy a punto de irme cuando se abre la formación que protege la cabaña.
–¡Hola Kong! ¡Me alegro de verte! ¿Querías algo?– me saluda Tai Feng.
Tiene la túnica mal puesta y arrugada. Se la ha puesto deprisa y corriendo. ¿He interrumpido algo?
–¿Estáis los dos bien?– pregunto.
–Sí claro. ¿Verdad Yawen?–pregunta él, mirando hacia atrás.
–Ho… Hola Kong. Estamos bien. Gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Disculpa que no salga a saludarte. Espera, ahora me visto…
–No, no hace falta. Solo venía porque tus amigas estaban preocupadas. No sabían nada de ti. Pero veo que simplemente estabais… "ocupados".
Pongo especial énfasis en la última palabra. Yawen no dice nada. Tai Feng se pone rojo. Le doy una palmadita en la espalda.
–Ya nos veremos. Siento haber interrumpido. Podéis continuar– me despido. Evidentemente, ya no es virgen.
–Vendré a verte. Tengo… algunas preguntas…– se despide él, intentando no parecer tímido.
Bien, les diré que están bien. Supongo que ellas ya adivinarán el resto. Parecen que se han estado divirtiendo. Bueno, pueden poner la excusa que practicando la cultivación dual.
Paro en un lugar apartado. Escondido. Llamo a Shi. Le doy un largo beso. Que acepta sin dudar. Luego me mira. Inquisitiva.
–Me apetecía besarte. Luego hablamos.
Su sonrisa es preciosa. Su mirada significa que me hará confesar. Supongo que no puedo esconder que me he sentido un tanto inspirado.
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–Hola Kong. ¿Te has decidido a venir con nosotros?– me pregunta Ye Bi.
Es una estudiante de pelo verde. Está enrollado a cada lado, formando un círculo hueco, una especie de aro. Sus ojos son también verdes. Es más bien bajita. Lo que hace que sus moderadamente abundantes pechos resalten más.
Es miembro de la sección de talismanes. Fui a ver ayer una presentación. Incluso hice una prueba. No se me dio del todo mal. Fui porque me lo recomendó uno de los compañeros en la copia de cuadernos. Tiene cierta similitud. Aunque los requerimientos no son exactamente los mismos.
Sí que hay que dibujar signos. Imbuirlos con qi. Pero allí acaban las similitudes. Podría ser interesante en el futuro. Pero ahora aún no.
–Hola compañera Bi. Me alego de verte. Quizás más adelante. Por ahora, gasto mucho qi copiando páginas. Quizás cuando ya no necesite puntos. O suba mi cultivación– me excuso.
–Jo. Es una pena, pero lo entiendo. Lo de copiar manuales da muchos puntos, yo también iría si pudiera. Pero no se me da bien– se queja –. Bueno, tengo prisa. ¡Nos vemos otro día!
Me cae bien. Es muy alegre. Y se porta bien con los esclavos. Lo vi cuando fui a la presentación. Sabía quién era yo. En lugar de discriminarme como algunos, me preguntó con curiosidad.
–Será mejor que te alejes de ella– interrumpe una voz mis pensamientos.
Es un estudiante delgado. Pelo gris largo. Atado en una cola. Está en la etapa dos de Alma. No sé que mosca le ha picado.
–¿Perdón? ¿Cuál es el problema?– pregunto, sin entender nada.
–Sé quién eres. Eres un mujeriego. Ella es mía. No vuelvas a acercarte a ella– insiste, antes de darse media vuelta.
¿Celos? Solo nos hemos cruzado, y hablado apenas unos momentos. ¿Yo un mujeriego? Bueno. Ahora que lo pienso… Quizás lo parezca. Pero no voy buscando mujeres por ahí. Otra cosa es que las encuentre.
Como sea. Sigo mi camino, tengo que entrenar. Y hablar un rato con las chicas. Abrazarlas. Besarlas. Jugar. Aunque no me dejarán follarlas hasta la noche.